Tengo muchas cicatrices
que marcan mi cuerpo y mi alma.
La última está presente en mi pecho
como recuerdo de la cirugia
que me hicieron para salvarme la vida
y que llevó cinco puentes de safena y una mamária.
Una cicatriz que la llevo con cariño
porque mi Dios me ha dado
una nueva oportunidad para continuar
respirando, viviendo con los míos...
Soy y me considero un milagro
porque a 120 días de la operación
estoy cada día más fuerte
y principalmente con muchas ganas de vivir.
Cicatrices en mis 67 años las tengo muchas...
en el cuerpo pocas, pero en el alma muchas y doloridas!!!!
Los de mi infancia los administré muy bien
y en eso talvez la inocencia me ayudo muchísimo.
Ya en 1975 con 21 años...
Esa dejo marcas que munca se borraron
porque mi futuro yo pienso que mis fracazos
y por no haber alcanzado mis objetivos
están ahí presentes para no olvidarlos nunca.
Y nunca las olvido!!!!
Aprendí a convivir con ellos
pero nunca los superé.
Todos tenemos cicatrices
que vuelven a ser abiertas
cuando algo nos recuerda áquellos momentos.
Las cicatrices son marcas
que quedan para recordarnos
que pasamos por momentos de dolor...
Tengo cicatrices de amor perdido
porque amé y no fui correspondido...
y cuando me amaron no
correspondí a ese amor...
Hablar de ellos
es una manera de exorcizarlos
y a veces conseguimos y en otras no.
Yo soy una persona
extremamente realista
y por eso creo que aún estoy vivo.
Cuando llego al fondo del pozo
y cuando todos piensan que estoy perdido...
Renazco como el ave de fenix
y me reinvento para continuar viviendo...
No me perdí
por la educación que tuve con mi familia
y por la educación salesiana que me fortaleció
siempre en los peores momentos de mi vida.
Soy un sobreviviente
y por ello quiero vivir mi vida a cada día
como si fuese el último suspiro
porque el mañana es una incerteza...
Nenhum comentário:
Postar um comentário